 
 
¿Tiene fecha de vencimiento nuestra relación?
No recuerdo haberla comprado en ningún supermercado, ni centro de compras.
Obedeciendo a cómo sucedían las cosas en otras eras menos prácticas, nuestras manos se juntaron para pelerar por el pan y el trabajo. 
Y luego vinieron los hijos. 
Un día me dí vuelta y encontré un extraño en mi cama. No lo reconocí. 
No me era familiar ni su olor ni su respiración. 
Pasamos tanto tiempo dedicados a sobrevivir y mantener a nuestra prole, querido mío.
Dejé de sentir ganas de galopar sobre tu cuerpo y vos dejaste de mirarme tu oasis.
No es necesario que digamos nada más. Te vas o me voy. 
Nuestros hijos son y seguiran siendo nuestros hijos. 
Vos y yo seremos nuevamente, VOY y YO. 
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario