CALTABIANO ARTURO


A veces el amor no nos mata, pero nos deja maleridos.
Y de esa forma, solo hay lugar para la estela.
De nada sirve el sol ni el aire
ya que solo se ve sangre
en el pasillo,
donde salía cada mañana
a recibir el día.
Nada de buenos días,
no registra.
El vengador solo sabe
de rencores
de fuegos fatuos
de sordinas
de calor en el alma
enloquecida
de desgarro en las entrañas
y por sobre todo,
del olvido la ausencia
que no ceja en someter
con su escarmiento
al malherido.