Amarse a sí mismo no es lo mismo que amar al YO. Es amarse como el ser 
que somos, el ser que tendemos a ser. El yo es solo un aspecto. El error
 mas habitual es confundir el amor al yo con el amor a sí mismo. El sí 
mismo no es lo mismo que el yo, sino que lo incluye, superándolo 
ampliamente. No somos todo lo consiente, ni todo lo que es acto, sino 
también lo que somos en potencia, lo que no es consiente pero tiene 
lugar, así como todo aquello que nos habita, sin que le hayamos dado 
lugar desde la puerta del yo.
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| Hendrik Mesdag | 
 
 





