Un hombre no quería comprometerse por temor a no poder cumplir.
Andaba con mucho cuidado por el mundo, tratando de no lastimar a nadie ni a nada.
No pisaba las hormigas, ni dejaba correr el agua de los grifos.
No comenzaba ningun proyecto por temor a no terminarlo, a encontrar otro mas atractivo...
No daba caricias porque no creía en esas demostraciones superficiales, sobre todo con gente desconocida...
no enamoraba a mujeres porque no quería una relación que lo limitase, y tampoco defraudar a nadie.
Un día, mientras se dirigía como todos los otros días, camino al colectivo, se le acercó un auto y sin que pudiera tomar recaudo, dos individuos salieron del mismo y lo metieron dentro del baúl del vehículo.
Lo llevaron a un lugar con los ojos vendados. Allí permaneció días y noches, perdiendo noción del paso del tiempo.
Primero sintió angustia. Luego tristeza.
Luego ira, y finalmente, de la impotencia, comenzó a gritar,
gritaba desesperadamente, pidiendo una oportunidad, una sola
poder besar.
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