martes, 25 de diciembre de 2012

YO TE LEO, VOS ME LEES...

Se puede aprender a leer correctamente las emociones en los otros. De hecho, son universales. No varían de una cultura a otra. Y están ligadas a aspectos fisiológicos y anatómicos. Ya DARWIN lo sugería y así se ha estado corroborando en las últimas investigaciones al respecto. 
Pero también hay que tener en cuenta que quien lee es nuestro criterio consciente, y nuestra capacidad de discernir.
Si tenemos una buena percepción pero no disponemos de la suficiente objetividad como para hacer un buen diagnóstico de lo que sentimos, de lo que captamos del otro, del entorno, esta información jugará en nuestra contra.
Es nuestra capacidad de discernir la que va a usar la información. Y de ella y lo dispuesta que esté a tolerar información dolorosa o inesperada, que podremos hacer un uso apropiado de nuestra empatía.
Ver lo que se quiere ver no tiene porque ser LA REGLA. Se puede entrenar la capacidad de usar los datos de la realidad para modificarla, si de última, ésta nos resulta muy adversa.

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