martes, 25 de diciembre de 2012

MOVILIZACIONES, COSAS SERIAS...

...Y no faltaban motivos, todos los días, en cualquier esquina 
la gente defendía sus posturas, sus derechos, sus pequeños lugares logrados a codazos limpios y llanos.
El niño se sentía incómodo. 
Le daba vergüenza algo y no recordaba haber cometido ninguna falta, ninguna travesura.
A ver....repasó: -no había mentido acerca de lo que estuvo haciendo a la hora de la siesta...porque no le preguntaron nada.
-No le pegó a Fabian, y se aguantó las burlas de los chicos, pero no le pegó a ese turro ahora que estaba indefenso y enyesado.
Y así fue repasando todo lo que hubiese querido hacer, y no hizo, porque algo más que LO QUE SE ME DA LA GANA gobernaba en él por elección propia.
Raro eso, pero él había elegido que en él fuese más fuerte su parte mas vulnerable: la que lo hacía esperar antes de actuar.
Así, muchas veces había sentido alivio cuando vio que alguien a quien no quería despertaba de su sueño, y seguía sus cosas cotidianas...
O veía a otro chico jugar con la chica que a él le había gustado siempre, y hasta DISFRUTABA DE VERLA SONREÍR¡¡¡¡, con este otro tarado.¿ Raro no?
Raro, muy raro. Pero esto lo hacía sentirse DUEÑO DE SÍ MISMO.
Había partes que se peleaban por salir a poner su nota de rencor, o su impronta de poder masculino, pero él elegía sentir esa sensación de poder cagarse de risa al día siguiente de las cosas terribles que había imaginado hacer... bajo el efecto de sus demonios interiores.
Y mientras esto pensaba, se detuvo en la esquina de la calle Callao, donde una multitud de personas iban y venían como hormigas, con sus razones esgrimidas por celular, con ceños fruncidos, y caminando de forma atropellada, por esas calles de Buenos Aires...y se ató el cordón de la zapatilla. Siempre se le desataban.
Era una cuenta pendiente. Algún día se ataría bien los cordones, y no tendría que estar sintiendo la vergüenza de ver aparecer la cinta acusadora aplastada por su propia impericia, su zapatilla izquierda.
Pero bueno, había cosas peores...cosas más difíciles de hacer sólo, cómo aprender a DECIR NO y no sentirse mal. un boludo.
Le costaba negarse a hacer las cosas que otros chicos hacían para quedar bien con las chicas.
Y hasta ACEPTABA a veces, y "se la contaba". Si señor tranzaba.
Hacía alardes de sus proezas con el skate en medio de la calle aterida de autos, o de su indiferencia por ser el líder de la banda de la escuela....
El día seguía su propia inercia de multitudes con urgencias impostergables....
-correte pibe. Salí de ahí pendejo de mierda,¿ no ves que estamos en cosas serias? ¿donde están tus papás? seguro que tomando vino por ahí....
Se corrió y dejó pasar a la multitud que siempre decía tener la razón.
El volvió a sentir algo raro en la panza, como cuando veía a su papá mentir a su mamá, por ejemplo....y allí, sin más, siguió su camino hacia la plaza, silbando bajito.
Seguro que había muchas cosas que tenía que aprender todavía....pero que tipo jodido ese¡¡¡¡

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Buscar este blog