Nosotras, las mujeres, las que no existimos, según Lacan.
Las que, si hay un concurso de cantantes noveles, elegimos al chico más lindo, y no a la chica que mejor canta.
CARTA A NOSOTRAS, LAS MUJERES
MUJERES que, porque somos mujeres, excluimos para un puesto a una mujer porque es bella y protegemos nuestro territorio.
Y luego nos quejamos de ser OBJETOS SEXUALES¡¡¡¡ Cuando en realidad, cada uno sabe lo que debe hacer con su propia libertad y decisión.
Nosotras, mujeres, que siempre estamos atentas a que no venga otra a desbancarnos de nuestro trono de reinas de las oscuras costumbres de la casa, cuyos secretos y silencios manejamos como nadie.
Y para conservar nuestro reino en las tinieblas, somos capaces hasta de entregar a nuestra hija, para mantener el hombre que tenemos al lado, y la seguridad que nos proporciona.
Nosotras, mujeres, frágiles y vulnerables cuando se trata de ver lo que no queremos ver. Y tan poderosas en nuestra lengua para proferir palabras terribles contra OTRAS MUJERES, a las que no vemos como mujeres, sino como EL ENEMIGO.
¿No nos damos cuenta de que tenemos un lugar, y es ESENCIAL?
Somos las formadoras de MACHOS, DE VARONES, DE PODEROSOS, que manejarán el mundo de acuerdo a nuestras orientaciones machistas. Harán aquello que nosotras, de forma abierta y directa nos sentimos incapaces de hacer.
Nosotras, las resentidas, las que nos sentimos excluidas, y somos las primeras en excluir ciertas amistades de nuestros hijos, buscando una seguridad que no existe, y descuidando, muchas veces, el lugar fundamental que ocupamos.
Nosotras, las que decimos NO DECIDIR, pero somos lapidarias ante las decisiones ajenas.
De nosotras depende, en gran medida, el cambio del esta situación de vulnerabilidad y de injusticia de la que tanto nos quejamos.
NOSOTRAS, LAS MUJERES, HOY ESTAMOS CAMBIANDO LA HISTORIA a cara descubierto.
Depongamos nuestras armas invisibles, clandestinas y consuetudinarias y apoyémonos en la fuerza y el coraje, el amor de TODAS LAS MUJERES QUE EXISTIMOS EN ESTE MUNDO, DÍA A DÍA
Dejemos de entronizar al enemigo en OTRA MUJER.
Cada persona tiene en sí algo de tirana, algo de víctima,y algo de redentora.
No hay otro enemigo que el asesinato de lo mejor de nosotras mismas.
Nosotras, LAS MUJERES, las pobres, las golpeadas, las oprimidas, las excluidas, las apaleadas, las admiradas, las seductoras, las urdidoras de intrigas, las componedoras de historias familiares oscuras, las vengadoras, las que manejamos EL PODER en la oscuridad.
Se trata de nosotras, y NOSOTRAS lo sabemos.
Que no nos una solo el espanto. El amor es posible, TAMBIÉN ENTRE NOSOTRAS.
Las que, si hay un concurso de cantantes noveles, elegimos al chico más lindo, y no a la chica que mejor canta.
CARTA A NOSOTRAS, LAS MUJERES
MUJERES que, porque somos mujeres, excluimos para un puesto a una mujer porque es bella y protegemos nuestro territorio.
Y luego nos quejamos de ser OBJETOS SEXUALES¡¡¡¡ Cuando en realidad, cada uno sabe lo que debe hacer con su propia libertad y decisión.
Nosotras, mujeres, que siempre estamos atentas a que no venga otra a desbancarnos de nuestro trono de reinas de las oscuras costumbres de la casa, cuyos secretos y silencios manejamos como nadie.
Y para conservar nuestro reino en las tinieblas, somos capaces hasta de entregar a nuestra hija, para mantener el hombre que tenemos al lado, y la seguridad que nos proporciona.
Nosotras, mujeres, frágiles y vulnerables cuando se trata de ver lo que no queremos ver. Y tan poderosas en nuestra lengua para proferir palabras terribles contra OTRAS MUJERES, a las que no vemos como mujeres, sino como EL ENEMIGO.
¿No nos damos cuenta de que tenemos un lugar, y es ESENCIAL?
Somos las formadoras de MACHOS, DE VARONES, DE PODEROSOS, que manejarán el mundo de acuerdo a nuestras orientaciones machistas. Harán aquello que nosotras, de forma abierta y directa nos sentimos incapaces de hacer.
Nosotras, las resentidas, las que nos sentimos excluidas, y somos las primeras en excluir ciertas amistades de nuestros hijos, buscando una seguridad que no existe, y descuidando, muchas veces, el lugar fundamental que ocupamos.
Nosotras, las que decimos NO DECIDIR, pero somos lapidarias ante las decisiones ajenas.
De nosotras depende, en gran medida, el cambio del esta situación de vulnerabilidad y de injusticia de la que tanto nos quejamos.
NOSOTRAS, LAS MUJERES, HOY ESTAMOS CAMBIANDO LA HISTORIA a cara descubierto.
Depongamos nuestras armas invisibles, clandestinas y consuetudinarias y apoyémonos en la fuerza y el coraje, el amor de TODAS LAS MUJERES QUE EXISTIMOS EN ESTE MUNDO, DÍA A DÍA
Dejemos de entronizar al enemigo en OTRA MUJER.
Cada persona tiene en sí algo de tirana, algo de víctima,y algo de redentora.
No hay otro enemigo que el asesinato de lo mejor de nosotras mismas.
Nosotras, LAS MUJERES, las pobres, las golpeadas, las oprimidas, las excluidas, las apaleadas, las admiradas, las seductoras, las urdidoras de intrigas, las componedoras de historias familiares oscuras, las vengadoras, las que manejamos EL PODER en la oscuridad.
Se trata de nosotras, y NOSOTRAS lo sabemos.
Que no nos una solo el espanto. El amor es posible, TAMBIÉN ENTRE NOSOTRAS.
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