LA IDENTIDAD

La identidad se escurre.

Cuando parece tomar cuerpo 

en los datos de un pasado que deja esquirlas. 

algo del presente deshace lo construido.

Y a volver a empezar con la tarea de dejar huellas

en la arena

y bajo la sombra del verano. 

Igual se ven los lugares conocidos 

allí hay niños, perros, poleras de cuello volcado,

cosas setentistas, que me recuerdan mi infancia. 

Vuelven los postizos y los vestidos de los años sesenta, 

y hasta se corporizan recuerdos de los que no tengo memoria

sino imágenes, raras imágenes de una niñez pop.

Briggite Bardot, Jaqueline Kenedy Onasis, 

la niñez naif de los ford falcon que bailaban en una publicidad.

Lo que fuimos es ocaso, 

sobre esas triunfales caídas se reconstruye un intento

que no se equivoca al volver a intentar siempre

otra vez. 

Cada intento incorpora algo diferente

un estilo que ordena las piezas de otro modo. 

Nada de lo que nos pasó es ajeno al hoy, 

sólo una pieza, y parte del juego para armar.

"-Dame el hilo de Ariadna, díos mío, Padre..." 

No es fácil salir del laberinto de las respuestas

que confunden todas las posibilidades de saber. 

Hasta que nos damos cuenta de que son asunto ajeno

cosa juzgada en el pasado de los días...

días que ya están contados. 

la playa, el resuello del mar es igual

en mi sexo y en mi voz, 

en la punta de mi nariz,

pero que nueva sensación èsta de saber que el hoy es mío¡¡¡

La vida es una insistente muestra de las mismas cosas

con distintos escenarios.

Hoy veo a cierta gente decir lo que hasta ayer ocultaban

hasta yo me animo a ponerme a jugar con mis caras, y mis variados trajes

que parecían simples maniquíes desvestidos. 

La identidad se escurre, 

y en el espejo de tus ojos

encuentro una imagen muy antigua

muy mía, pequeña, que se me aparece cuando cierro los ojos, 

debajo del sol, apretada contra la arena, 

sola con mil millones de granos de arena, 

yo, un grano más...

M.G.