Somos seres temporales. Por eso apresar los momentos de disfrute nos resulta, a veces, más importante que vivirlos.
Apresarlos...¿para qué? ¿para disponer de ellos a nuestro antojo?
Seres caprichosos, omnipotentes, perdemos el ahora como si se pudiese dominar a voluntad este nudo en mi pecho lleno de emoción, y envasarla para cuando la pueda domesticar y no me desarme de tal manera, dejándome vulnerable como una flor casi deshojada...
Usamos más las cámaras fotográficas para captar la vida que nuestros ojos....
No obstante, no se puede inmovilizar el momento, pero sí se puede estar muy atento e incorporarlo para siempre en nuestra mente.
Algo mas eterno que este presente de sol y total contundencia, a pesar de las cosas que distraen la muerte de cada segundo, de cada mirada perdida, de cada caricia que se abortó en mi mano....
Hoy, amigos, el día se expone a que lo examinemos, lo diagnostiquemos, hagamos un pronóstico de su tiempo y sus bondades, y se CAGA DE RISA, ante nuestra incapacidad de dejarnos simplemente enamorar por su belleza indescriptible...
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