sábado, 15 de septiembre de 2012

El adiós a tu amor.



Ya no te amo
pero sé que el mundo giró sobre tus talones horas de mis noches
Y si no mirabas mis recuerdos con tus ojos curiosos
no podía conciliar el sueño.
Fueron noches de escuchar los grillos y el calor del verano
que se adhiere a la piel y la transforma en un grito de rebeldía. 
¡Cuánto te amé, dios mío!
Caminé por todos tus proyectos 
sostuve tu vela mientras navegabas en mares desconocidos.
He sido tu sirena cantando y alejándote, 
vos no sos ULISES. 
Siempre precavido en escapar a tiempo 
de los lugares de mi cuerpo donde encontrabas
quizás eso siempre deseado, 
como se escapa de lo que nos calza justo en las ganas. 
Yo mientras tanto, gozando a pesar de las zarzas 
en mis pies descalzos, 
y con tu voz que es susurro de algo que se diluye suave
e irremediablemente con tu ausencia.
Pienso ahora lo que antes sentía sobre el pecho 
y cada vez que tu brillo se me metía como lágrima
como gota que se evapora
en mi esencia de mujer siempre abierta
en posición de espera, de recepción
de atisbo....
Tu voz aún me deja una resonancia algo inconcluso.
Lo inconcluso molesta mis días.
Siempre maté las cosas que estaban allí sin terminar de morir.
La eutanasia, el adiós de una vez.
¿Para que tanta cosa de mirar como ya no es 
ya no hay ni un vestigio del humo de ayer?
Pero ahora estoy velando tu aroma.
Me invade y lo dejo inundar mi suave mañana nueva.
Sin vos, el sonido del día es frío e ingenuo,
de nuevo empieza todo, 
soy virgen sin tu cansado intento eterno de desasirte.
Ya no te amo, y estás libre de mi canto
y de mi insistente imaginación de mina incompleta.
No te preocupes, serás recuerdo constante
en mi cielo de veranos de humo, y seré entonces, 
como vos querías...imposible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Buscar este blog