Quien pretende acertar en todo es tan iluso como quien siempre se equivoca. Ante cada elección caben dos posibilidades: una correcta y una falsa.
Si elegimos bien, saldremos airosos. Si realizamos una elección errónea, pagaremos las consecuencias. De ello podemos sacar un aprendizaje o simplemente, la mala costumbre de elegir mal.
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