La capacidad humana de aprender de la experiencia, es una de sus mayores virtudes. Por ello mis palabra a mi misma.
No pretendo de mi mas que ser consciente de lo que pasa cuando me salgo de mi lugar y me pueden emociones negativas, que yo considero tóxicas: el enojo excesivo, que lleva al propio malestar y al propio desequilibrio.
No se cuales serán las tareas de los dioses, si los hay.
Se que un ser humano trabaja todos los días para crecer y desarrollar sus posibilidades de ser más él mismo.
Y el autoconicimiento es posible.
Mis palabras son fruta de mi experiencia. No pretendo que se tengan en cuenta como pautas a seguir. Solo que a mi me han servido, y hoy mismo, al levantar a la red estas palabras, muchas personas manifestaron sentirse identificadas con esta necesidad de decirse cosas a si misma.
Uno tiene la costumbre de que, para resolver cualquier tema, debe hablar CON EL OTRO.
Y esperar a que EL OTRO CAMBIE.
En mi larga experiencia como paciente y como terapueta, sé que lo único de lo que uno se puede responsabilizar por cambiar es de los propios cambios. No tenemos ningún derecho de exigir cambios a los demás.
Es más, he observado, en intervenciones en familias, como psicoterapeuta familiar, que cambiando la dinámica de la familia, cambian los miembros de la misma, y seguramente se hallan mas capacitados de decidir sobre su destino.
Después de todo, se trata de la libertad, el símbolo de la condición humana.
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