sábado, 1 de enero de 2011

DESNATURALIZAR EL ABUSO, UNA FORMA DE HUMANIZAR LA SOCIEDAD

de Marta Giralt, el Domingo, 07 de noviembre de 2010 a las 17:30












Una entrevista con una chica abusada sexualmente por un tío, una más de las mas de cien que ya he realizado en mi tarea en un SERVICIO LOCAL DE PROMOCIÓN Y PROTECCION DE DERECHOS DEL NIÑO,  parece un disco que se repite con SIMILARES sensaciones expresadas, modificando solo tonos de voz,  edades, pero el mismo clamor: encontrar alquien que crea y alguien en quien creer.
La persona abusada, violada, pierde, además de su niñez, su inocencia, y otras tantas cosas irrecuperables, la confianza en si misma y en los que ama.
 Pierde un lugar en su núcleo familiar, y por ende, queda insertada de manera muy instable, muy vulnerable, en la sociedad.
A veces, las mismas chicas abusadas eligen lo que seguramente eligieron siempre hasta ahora, ocultar lo que sufrieron, olvidarse, callarlo, y darlo a conocer a traves de enfermedades, síntomas físicos, o a veces, la perdida de la razón, o sea, la locura.
 ¿Que más conveniente que declarar loca o poco creíble a alguien que pone en cuestión al jefe de la familia? Está poniendo en riesgo toda la credibilidad familiar.
Generalmente las niñas que denuncian un hecho de estas características, lo hacen luego de mucho tiempo de producido. No sé explicar porque, pero en la mayoría de las historias que he escuchado ha sido así.
A veces años después de sucedido, logran contar a alguien de fuera de la familia, alguien de la escuela, maestra de confianza, u otro referente, lo que le ha padecido.
 Luego de eso viene la larga travesía de que pueda contarle a su madre lo sucedido y que ésta lo crea.
 Generalmente no sucede así. Quizás por eso la persona abusada no lo contó antes, porque suponía que no iban a creerle.
 La tristeza que yo he captado en esos ojos de decepción de las víctimas, no me la olvidaré nunca.
Tiene formas tan parecidas en todas esas niñas, mujeres, señoritas, o como quieran llamarlas....
La perdida de la confianza en sí misma es una característica de toda persona que ha sufrido un abuso. Esa confianza es simultánea a la perdida de la confianza en sus seres queridos, su madre fundamentalmente, así como  la perdida de su lugar en la familia, o de un lugar autentico en la misma.
Es entonces posible imaginarse el daño que se produce en una mujercita abusada, que conjuntamente con el abuso pierde a su padre, o a su tío, como tal  en la  mayor cantidad de casos, quienes pasan a ser sus abusadores.
 Pierden tambien a sus madres, ya que la reacción de estas en la mayoría de las sitauciones que he estudiado, ha sido el de culpabilizar a la víctima, su hija, o de minimizar el hecho para no tener que enfrentar ningun cambio, cambio que por ende implica pérdida de un equilibrio familiar, económico, en muchos casos, entre otros equilibrios que la vida familiar proporciona.
 Cuando en mi ultima entrevista con esa niña abusada ella me comentara que su madre no le creyó, me surgió decirle, y es la primera vez que lo hago, que quizás su madre tambíen fue abusada, y para ella eso es algo que forma parte de la vida, es NORMAL, y por ende, no puede ponerse de parte de su hija porque en su momento no pudo defenderse de su abusador, ni defender su posición.
 Creo que esto es una realidad. La historia de los progresos sociales hablan de la lenta "desnaturalización" de situaciones sociales vividas hasta ese momento como normales. El avance de la jusiticia social es una prueba cabal de ello.
Así vemos desde la desnaturalización de la esclavitud en la antieguedad, estado este que estaba totalmente normativizado hasta en tratado de un filósofo como es PLATON y su REPÚBLICA, donde da cuenta del lugar de los esclavos en la república.
Así vemos como a lo largo de la historia se empieza a ver como no normal, como un DISVALOR, la esclavitud,
 Asimismo podemos tomar el ejemplo de lo que ocurre con el trabajo infantil, propio de practicamente toda la historia de la humanidad, hasta epocas recientes, donde los niños ya no son usados para trabajar en las minas, y entrar en lugares donde los adultos, por su tamaño, no entraban.
En la actualidad sigue vigente ese uso del niño en los casos del delito, donde se usa a los niño para delinquir debido a que éstos son ininputables. Pero este es otro tema.
Si bien el abuso no es una práctica socialmente aceptada de manera abierta, por mis observaciones es una práctica tolerada y silenciada desde hace mucho tiempo.
Es más, creo que cuando SIGMUND FREUD hablaba de que las histéricas denunciaban practicas de seducción en su niñez, a lo cual él mismo en un primer momento de su abordaje consideró la  autentica etiología de las neurosis y fué la llamada"explicación por el trauma" de  los problemas psiquicos de sus pacientes.
 Digo que esto es luego reacomodado por el mismo  FREUD y  desvirtuado por lo que FREUD constataba con la familia de la paciente, quien negaba todos estos hechos denunciados por la víctima.
 En realidad FREUD también debe haber caido en la complicidad, a sabiendas o no,  con el entorno familiar, no creyendo la veracidad de los dichos de sus "histéricas".
El haber creído en ellos quizás hubiese implicado un cambio muy grande de la mentalidad de la época, cambio para el que la sociedad no estaba preparada aún...
  ÉL luego trató de explicar esta situación con lo que llamó REALIDAD PSIQUICA, o sea aquello que, mas allá de ser o no real, funciona como tal  para el paciente.
 Desde mi experiencia actual considero  mas factible la explicación primera de FREUD por sobre la segunda, donde negocia con el mantenimiento del status quo familiar por sobre los dichos de su paciente.
 Esto hubiese llevado a toda la familia a replantear sus roles. No es casual que sea en esta época, la actual, del siglo 21,  donde la familia tiene otras características menos rígidamente estructuradas, donde el paradigma familiar ha cambiado, porque ha cambiado el paradigma de la mujer y su lugar en la sociedad, que se esté comenzando a avanzar en la develación del abuso intrafamiliar hasta ahora casi ni mencionado.
 La mujer entra a jugar un rol público, y por ende todo lo que antes era de caracter privado, de entrecasa, pasa a este nuevo ámbito de lo discutible, de lo modificable, de lo consensuable.
 Esto explica la importancia que empieza a tener la nueva concepción y la nueva legislación sobre  la violencia doméstica. Quizás no porque haya aumentado, sino justamente porque ahora la tolerancia social hacia esta forma de conviviencia ha disminuido.
 Mirando hacia atrás se empieza así a descubrir y a develar, a reconocer como tal,  la situación soportada por muchas hijas violadas y abusadas por sus padres.
Estas prácticas, siempre aberrantes, antes eran silenciadas, bajo secreto familiar, y quizás tenían que ver con la posterior expulsión de un miembro de la familia, la hija violada, a la que se hacía cargo de la problemática sufrida. Pasaba de víctima a victimaria. Era la solución mas conveniente, no la verdadera.
Esto es difícil de asumir, cuesta creer, pero al menos en el presente, a esta altura de mis conocimientos en la materia, es lo mas simple de deducir de los hechos.
  La familia humana hace malavares, y sacrifica miembros, para priorizar la funcionalidad del conjunto.
 Entonces no es raro encontrar mujeres con problemas psicológicos que parecen inexplicables pero que han sido consecuencia de hechos realmente traumáticos y que las han alienado de su lugar de seres creíbles y con palabra verdadera.
Han minado su autoestima y su autovaloración. .Estas mujeres han sido a su vez madres, y han llegado a trasladar la problemática vivida a sus hijas mujeres, quizás admitiendo como normal en éstas lo que a su vez padecieron ellas mismas en su niñez.
Pensemos que la norma que se aprende e incorpora es la que se recibe en la casa. Por tanto, una mujer que ha padecido un abuso por parte de su padre bien puede aceptar como una salida normal que cuando la relación con su marido se entibie, sexualmente, éste tome a su hija en su lugar.
 Esta hipotesis plantea una propiciación inconsciente por parte de la madre para con su hija como partenaire de su marido, perdiendo su lugar de hija.
 No estoy afirmando que hay una entrega voluntaria por parte de la madre de su hija al padre, pero sí que esta se da sin que sea consciente, y por tanto esto explica la dificultad de la niña abusada para contar lo que le pasó con su padre, porque de hecho, algo en ella sabe que su madre ya lo sabe, y algo ha tenido que ver en esta situación.  ¿Como es posible sino, que se encuentren familias donde hay mujeres que han sido sistemáticamente abusadas y violadas por sus padres, durante años, sin que sus madres se diesen cuenta?.
Todas estas son conjeturas, fundadas en experiencias de muchos casos observados.
 En ellos la mayoría de las madres niega el abuso, algunas hasta negaron violaciones con hijos producto de dicha violación. Hechos castigados por la justicia, porque esto les exigía romper el vínculo con su pareja.
Vinculo enfermo, por supuesto. He sido testigo de un caso de una mujer que negó la violación de su hija por su marido. Este fue condenado, cumplió una condena de ocho años, y cuando volvió a su hogar, el expulsado fue el nieto, hijo y nieto del padre, ya que la señora no admitía que dicha violación se hubiese perpetrado.
En otras ocasiones, la madre acusa a la hija de "haber buscado" al hombre, ya sea al padre o a el marido de la madre.
En estos casos, la hija es negada como tal y se privilegia el vínculo con el partenaire, con el marido por sobre el de madre e hija.
Esto tampoco es tan extraño. Quienes trabajan en la justicia con niños, saben que lo que digo es bastante frecuente. Todos estos ejemplos nos hablan de una realidad que la sociedad en general deconoce, o considera como aberrante y muy poco común.
De hecho es bastante más comun de lo que se da a conocer.
Si llevamos el ejemplo observado en la violencia familiar,que da clara cuenta de que es en el ambito privado donde se producen el 70 por ciento de las muertes violentas, y de los hechos de violencia en general, podríamos pensar que similar proporción podría encontrarse en la relación que se observa entre el número de violaciones extrafamiliares denunciadas, y las intrafamiliares, superando estas seguramente en un número importante a las primeras.
 Solo que los abusos y violaciones intrafamiliares han empezado a ser denunciados recientemente, porque recién ahora se les da credibilidad, quizás debido a una mayor plasticidad de la familia para reacomodarse ante esta problemática.
Para finalizar con esta primera aproximación a esta temática que estoy llevando a cabo en este artículo, quiero relatar, sin dar datos reales, y a fin de proteger la identidad de la familia usada como ejemplo, un caso con un resultado muy positivo en lo que al aspecto de reacomodación, de RESILIENCIA familiar se refiere.
 No así al aspecto penal judicial esperable en este caso. Una niña de diez años es abusada sistemáticamente por su padre durante dos años, hasta que esta no soporta mas la situación y la denuncia a sus tías. Estas la estimulan a hablar con su madre quien da crédito a su hija, e inmediatamente la acompaña a denunciar a su marido, padre además de sus otros cuatro hijos.
 Cabe consignar que todos ellos eran niños de muy buen desempeño escolar siendo la familia de un  un nivel socio económico medio bajo.
 La familia es asistida psicológicamente, y abandonan la casa familiar. Todos son asesorados a retirar algo de sus pertenencias y empezar otra vida juntos, sin la presencia del padre.
Así lo hacen, y logran con el tiempo recomponer una nueva estructura familiar saludable.
La niña abusada termina volviendo a la escuela. En la actualidad trabaja y tiene una vida normal. Sus hermanos han compartido el problema y la han apoyado, censurando la actitud del padre, y cada uno de ellos ha podido hablar de lo que lo afectaba esta situación. Este trabajo se llevó a cabo durante un año de psicoterapia familiar.
Y luego seguimiento de la situación de la familia que se había trasladado a otro lugar a vivir.
 Los últimos datos hablan de que la situación familiar es buena, la familia sigue integrada. S us miembros han crecido y logrado objetivos individuales y sociales POSITIVOS.
Sí les ha costado mucho sostenerse económicamente debido a que debieron dejar todo en la casa de su padre, quien hasta el presente no  fúe condenado por su conducta de abuso para con su hija.
La familia materna y los niños se desvincularon de la familia paterna, quien apoyó al padre, negando que éste hubiese cometido ninguna conducta repudiable.
Lo único que se observó como secuela de todo ésto fué una problemática de perdida de memoria que se observó en la madre de los niños, quien no podía recordar hechos recientemente acaecidos.
 Esto no es inexplicable. A veces esta es la mejor forma de adaptarse a la realidad. OLVIDANDO lo que duele demasiado y sobrepasa el umbral de lo tolerable. Quizás algo así sucedía a esta señora.

LA SOBREADAPTACIÓN COMO MECANISMO PARA SOBREVIVIR.

Temo que todo lo expuesto sea difícil de tolerar para mucha gente, que no conoce estas realidades, o que sí las conoce pero no las ha podido denunciar y se ha debido sobreadaptar.
La sobreadaptación es un mecanismo que permite a una persona tolerar una realidad que no sería tolerable, en situaciones normales, pero que, dadas las circunstancias que le toca enfrentar, debe sobrellevar para poder vivir.
Tomo como ejemplo las situaciones vividas en época de guerras, o sin ir tan lejos, en situaciones de peligro social, como las vividas en épocas recientes en nuestro país, con la desaparición de personas, de familias enteras, en los años setenta y ochenta.
 No ver lo que sucede cuando lo que sucede está a la vista, es algo que no nos es ajeno como sociedad.  Mujeres y niños hemos padecido similar necesidad de sobreadaptarnos a situaciones límites, como las del abuso, o el maltrato.
Estas situaciones están cambiando, fundamentalmente debido al cambio de la rigidez de la conformación en la familia patriarcal, y a la nueva forma de la familia en la actualidad, donde las cosas son mas claras, y coinciden mas la versión oficial con la versión privada.
Por tanto, a veces, cuando escuchamos sobre la desintegración de la familia actual, yo me pregunto "a que precio" se mantenía integrada la familia tradicional.
¿Cuanto de ilegitimidad, de ocultamiento, traía aparejada esa aparentemente sólida estructura familiar, que dió origen a esta  otra forma tan nueva y aún no critalizada que tiene en la actualidad-

LIC. MARTA GIRALT











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