Si dices que soy oscura
y vacía
y que tengo el alma muerta de silencios yertos.
No te equivocas.
Quizás se acabaron los gritos
y me queda esta vieja loca
que alucina escenas de nietos
y abuelas, de plazas y hamacas.
Si, soy una oscura mujer que llora.
Y se abruma
por momentos, solo por momentos eternos
preñados de auroras rotas.
Y por más que me den agua,
que me canten arrorós interminables
se me acaban las fuerzas,
esperando tocar su piel de bebé
y no llegar ni con mis palabras que se desmayan,
pobres palabras rechazadas sin remedio.
Porque aunque no lo creas
en mi, una mujer,
no todo es parir y hacer fuerza.
Aguantar a que amaine
la soledad de mi espera.
Sí, estoy oscura
y vacía.
Yerta y casi sin habla.
Solo sacudo con mis palmas secas,
las cenizas de esta sombra que es hoy mi paisaje.
Marcel Duchamp |
Estimada y dulce amiga:
ResponderEliminarTodos los mortales somos propensos a sentir dolor ante la ingratitud y el mal trato cotidianos; pues son espinas que corroen no sólo nuestra piel sino también nuestra alma.
Es importante reconocernos vulnerables y contar aquello que taladra nuestra vida, dado que no somos de madera.
Sin embargo, hay esperanzas, no todo es gris.
Mujer, tú eres un encanto de persona y una linda dama, por cierto apetecible.
¡SALUDOS!