lunes, 7 de mayo de 2012

RIÑA DE GATOS

Una voz de niño desesperado, un grito que parece surgir de las entrañas mismas de la falta de todo, de la impotencia mas extrema, más límite...
Busco en el parque, desde la ventana, al ser que parece expresar así su sentir desesperado.
Es un gato negro, que, con el lomo erizado, echa a un gato atigrado. Ambos machos se enfrentan en un diálogo corporal indubitable. El gato negro es el macho que se ha aposentado de mi jardín. El ha adoptado este lugar. Y por lo visto, no está dispuesto a dejarlo. 
Su actitud me ha impresionado. 
Es increíble la determinación casi humana de este ser por lo que vive como su territorio conquistado.

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