Si pienso que la envidia y la bronca que a veces me invaden, al pensar en alguien, son inmodificables, inalterables, y que dependen del que me las inspira y no de mi, estoy menospreciando mi capacidad como persona.
Todos podemos elegir que pensamientos estamos dispuestos a sostener con nuestro cuerpo y nuestra mente.
Como apartarlos de nosotros, depende de darnos cuenta en primer lugar que nosotros los alimentamos.
Hans Makart |
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