jueves, 29 de septiembre de 2011

MI GRANDÍSIMA CULPA.

Por mi culpa, por mi grandísisma culpa...
Esas palabras grabadas a fuego, sin sentir nada mas que su sonido, unido al del armonio de la iglesia. 
Palabras que yo como tantos escuchábamos de rodillas, ante él.
El aroma del incienso hoy aún me hace estremecer. Me seduce. Me lleva a un climax sagrado.
Vivir en un campo de concentración espiritual, con un sentido de estar teniendo que meter mi identidad en algún lugar de mi cuerpo desnudo...
Sonreír para esconder lágrimas y muecas...
Retiros espirituales con dictadores omnipotentes que perseguían en mí lo inalcanzable. 
Hoy me puedo reír de tales desatinos. 
juan gris
No obstante no era para reírse, no eran sueños,  ni pesadillas. Era la vida cotidiana de una niña. Mi vida. 

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