sábado, 13 de agosto de 2011

Medianoche

Es medianoche, y los hechizos se rompen. Tengamos cuidado con agarrarnos fuerte al coche ya que en cualquier momento se va a transformar en zapallo. La noche está llena de ratones disfrazados de lacayos y de principes que, de no besarlos, se transformarán en sapos. Pero ojo, que besar un sapo, no lo convertirá en un principe.

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