Estuvo bueno el subibaja de emociones que hubo entre los dos. Un viaje al mundo de las pasiones sin límites, y al recuerdo de las épocas en que uno creía en el amor de las hormonas.
Y lo mejor fue bajar del subibaja, con la sensación de la estabilidad largamente trabajada y ganada, que me esperaba bajo los pies, para seguir valorando el amor de todos los días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario