viernes, 25 de marzo de 2011

SOMOS TODOS CHINOS


UN CUENTO CHINO. ¡DARIN DARIN QUE GRANDE SOS...¡¡¡¡
SOMOS TODOS CHINOS.

 Nadie conoce en el fondo a nadie, y aunque hablemos el mismo idioma, el prójimo resulta siempre indescifrable.
 Si no se tiene en cuenta la riqueza comunicante del universo gestual, al que recurrimos tan a diario de manera automática, e inconsciente, no cierra como dos seres humanos pueden convivir y compartir tantas cosas, sin que hablar no les sea imprescindible, pero sí necesario.
 No hacen falta muchas palabras para vivir como vive ROBERTO, el personaje de RICARDO DARÍN.
La soledad y el encierro en sí mismo, su retiro voluntario del mundo del amor y de la vida, habiendo circunscripto todo diálogo al mantenido con los muertos y sus recuerdos.
Y toda palabra a la queja de lo que pueda alejarlo de ese estado de agonía interminable, de duelo sin fin.
Ese contar todos los días lo que falta, esperando que no falte, como si de eso dependiese la vida del padre muerto, de los compañeros muertos en combate, de la madre, y de todos losque le están faltando a ROBERTO.
Contar, y seguir contando, esa es la cuestión.
Es justamente un CHINO, (genialmente interpretado, en una actuación que no lo desmerece
para nada al lado de el gran DARÍN), el que pone palabras en esta vida monótona, rutinaria,
que se limita a repetir algunos rituales para mantener algo parecido a una vida.
El chino no habla español, argentino, o lo que sea, pero HABLA¡¡¡
Habla con sus manos, con su cara, con su voz, y lo hace con un montón de matices y tonalidades.
En esta pelicula muy bien planteada, no faltan palabras.Sobran gestos.
No es casual que ROBERTO se encuentre al CHINO, porque desde los recortes del diario, estaba en su busqueda, sin darse cuenta.
Su compromiso, a pesar de sus puteadas constantes, con otro ser humano en estado de indefensión, es una elección que lo mantiene vivo.
No le pasa, Roberto busca la vida de esa manera, con dolor, protesta, con una lucha vascilante pero incesante. Como casi todos nosotros, cada uno con su estilo.

ENTRE CHINOS SE ENTIENDEN
Y sin embargo, pareciera que lo que separa a los seres humanos es el lenguaje.
No obstante, cuando llegan al final de la película, y se logran decir lo que desconocen de si ambos protagonistas,gracias a la traducción de un segundo chino, bilingue éste,
posibilita erradicar las pequeñas dudas que uno guarda con respecto al otro luego de haber
compartido sus vidas durante unos diez días a full.  Lo anecdótico de porque el chino se
viene a la argentina, y porque DARIN lee el diario, y recorta sistemáticamente determinados trozos del mismo.
  Ambos se saben solos, pero necesistan decírselo mutuamente, como uno necesita decirse a sí mismo cosas que sabe desde siempre, y siempre trabajó en no verlas.
 El entretiempo en que vive DARÍN, como muchos de nosotros, pretendiendo, sin darnos cuenta, evitar el camino de la vida, doloroso, demasiado doloroso para quienes han padecido prematuramente? pérdidad muy grandes.
 Y entonces, es mejor no esperar nada, a sufrir el desencanto, la dura realidad de lo irreparable.
Una sola cosa hace de la vida algo digno de ser vivido para algunos de nosotros: nuestra
conciencia de no poder abandonar a otro ser humano.
 Esta conciencia que nos acicatea y mantiene viva la doliente humanidad y nos compromete con nuestro prójimo, contra toda nuestra oposición consciente que puja por contrarestarla, adormeciendola, domesticando al hombre libre.
La ética de la solidaridad salva al hombre de ser nadie.
La soledad en sus distintas variedades, con o sin chino, la incomprensión y la indiferencia
en un mundo que pinta por lo menos, como bastante insensible hacia lo que le pasa a
cualquier ser humano, mas allá de los caminos familiares y cotidianos, es el sentimiento
predominante en la película que dirige BORESTEIN.
La mujer aparece como dotada de ese don especial de hablar hasta con los chinos,
comunicarse mas allá de cualquier obstáculo que un hombre pueda poner.
Roberto lo sabe. Mari lo busca, le expresa tan claramente sus sentimientos que lo deja
anonadado.
El chino al irse pinta un icono de la película, que hace de switch entre ambos personajes: la vaca.
Un emblema argentino.
La vaca que cae del cielo arrojada de un avión y mata a la novia del chino justo cuando éste le estaba por declarar su amor.
 Y la vaca que ordeña la Mari, en su casita de campo.
La vaca es la mujer, y la muerte, es la mujer y la vida.
La mujer perdida, la mujer que hay que recuperar con urgencia.
Allí pues, la tarea.
 En busca de la mujer perdida.
Gracias por el cine. 

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