sábado, 26 de marzo de 2011

RE FLEXIONES

EMILIO PETORUTTI


No se puede debatir ni dialogar con alguien que no está a la altura ética para hacerlo.
Socrates solía poner de manifiesto que hasta los esclavos eran capaces de pensar si se les hacían las preguntas indicadas.
No se trata de una cuestión de cultura, sino de actitud de escucha, de apertura, de respeto, y de deseo de aprender, mas allá de imponer las propias ideas.





El diálogo requiere de un requisito indispensable: la posibilidad de exponerse a ser convencido por el otro. 
Sin esta retroalimentacion que hace que nadie salga de un diálogo con los mismos pensamientos que con los que entró, sería impensable el pensamiento mismo.
Siempre insisto en que el origen del razonamiento y del pensamiento lógico es dialógico: de a dos, en mutua interacción. 
El germen de esta interacción tiene lugar en nuestra mente. El ejercicio del diálogo es constante. 
Toda idea nueva tiene que luchar contra los conceptos que ya tenemos como verdaderos, y que a veces ocupan el lugar de axiomas. 
Pero solo esta característica bipolar del diálogo permite la forma confrontativa propia del razonamiento logico: tesis, antítesis y síntesis. 
Es así como lo nuevo se incorpora a lo viejo y lo complementa o lo modifica, llegando a veces, a desplazarlo totalmente. 
De esto se trata muchas veces en un psicoanálisis.



1 comentario:

  1. ESTIMADA MARTA:

    NI SOCRATES NI EL PAPA SON REFERENTES VALIDOS.
    ENTIENDO TU POSTURA RESPECTO AL DEBATE.
    HUMILDEMENTE, CREO QUE LA ORIGINALIDAD DEL DISCURSO PASA POR UNO MISMO.
    CON TODO RESPETO. ES MI OPINION.

    SALUDOS

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