sábado, 1 de junio de 2013


EN EL PAÍS DEL "MIENTRAS TANTO"

EL MIENTRAS TANTO...
Hay un tiempo que suele pasar desapercibido, por tener un perfil muy bajo.
Y sin embargo, podría decirse, si uno lo mira con cierto detenimiento, que es el tiempo en cuyos brazos transcurre la vida cotidiana. 
La característica central de MIENTRAS TANTO reside en cierta fantasía de inmovilidad, de eso que suelo llamar el síndrome de la BELLA DURMIENTE. En el mientras tanto, no se toman decisiones que puedan cambiar el rumbo de nuestra vida de forma irreversible. 
Se sigue adelante, despacito, con cautela, con los hábitos que uno viene sosteniendo, sin mucha convicción, por otro lado, dado que no hay nada que reafirme el rumbo. Pero la continuidad es, a veces, la mejor forma de acordar algo y consentirlo. 
Es así que, en el MIIENTRAS TANTO, un amigo mío se separó y se fue a vivir con una señora, mientras conseguía un lugar adecuado para vivir, y lleva ocho años en ese MIENTRASTANTO un tanto prolongado. Pero esta palabreja le permite a él sentirse en cierta libertad de pensarse libre, solo, sin compromisos, cuando esto le resulta necesario, y también le abre las puertas a ver su cotidianeidad de estar acompañado, atendido y hasta querido, sin pagar con un reconocimiento que su forma de valorar la vica no ve con buenos ojos...
Otra amiga, gordita ella, sueña con el día en que, cuando baje de peso, finalmente se anime a empezar el gimnasio, y a quedar embarazada. MIENTRASTANTO sigue comiendo de manera más tranquila que si la culpa la persiguiese, ante cada situación de desánimo o simplemente DE GULA. 
En el MIENTRASTANTO ella come. Y a la vez, vive de la ilusión de albergar un niño donde hoy solo da lugar a la comida. 
Otro conocido y que me entristece recordar, porque me toca más de cerca, cada vez que prendía un cigarrillo, cosa que tenía prohibido por su problema de hipertensión, decía que CUANDO DEJASE DE FUMAR VOLVERÍA A JUGAR AL TENIS, cosa que, según él, amaba.
Mas a pesar de todo este amor, EL MIENTRASTANTO lo llevaba por los desfiladeros del humo y convivía con la doble vida de toda persona que, al postergar sus deseos, JUEGA A DOS PUNTAS. Y así, no vive ninguna v ida. 
La SOBREVIDA es la vida que transcurre en el MIENTRASTANTO. 
Claro, en el país del MIENTRASTANTO se evita por un rato el dolor, el esfuerzo de elegir, la pena de descartar algo que uno disfrutó, pero también se pierde la genuina alegría de disfrutar del HOY.
Cada vez que me digo a mi misma o escucho a alguien invocar este neologismo me tomo un respiro y DECIDO.

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