miércoles, 11 de julio de 2012

El tratamiento contra la impotencia

Cuando siento que todo lo que digo va a ser interpretado con un sentido que no le quiero dar, y que estoy a merced del otro, me invade la IMPOTENCIA. 
El silencio, entonces, es la única alternativa visible. Pero muchas veces, es mi cuerpo quien se expresa. Y se enferma.
Por eso, para poder superar la barrera que la impotencia nos plantea, casi a diario, cuando sentimos que nada de lo que escuchamos va a ser escuchado o entendido sino en referencia a lo que el otro espera que digamos, USEMOS LA BROMA, EL CHISTE, LA RISA.
Nada desarma más al que no quiere escuchar, al que no esta dispuesto a leer ni ver, que la risa.
Es un cachetazo a la prepotencia.


Enrique Crossato

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