lunes, 14 de noviembre de 2011

EL ABORTO NO ES UNA PROBLEMÁTICA PARA MUCHAS JÓVENES DE FAMILIAS VIOLENTA





El aborto y la procreación responsable, son temas de enorme importancia. Sin embargo,adquieren distinta relevancia en diferentes sectores socio culturales.  
El embarazo de las jóvenes, luego de la menarca, o sea, la primera menstruación,  de acuerdo a lo observado en el ejercicio de mi función social,en un SERVICIO DE PROTECCIÓN DE DERECHOS DEL NIÑO, DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES,  es de carácter gratificante. Sobre todo en algunos sectores socio culturales. 
No se plantea en estos niveles, el aborto como una alternativa. 
Todo lo contrario, el embarazo adquiere características casi mágicas de tipo reparatorio en cuanto al narcisimo de muchas jóvenes. 
La igualdad social debe equiparar a la igualdad económica. No basta con subisidiar con dinero la miseria.
 Es necesario sembrar normas y valores, donde solo hay imperio del mas fuerte.
  La ley establece que los niños vayan a la escuela, como una manera de que se les respeten sus derechos a la educación. Pero ésta no comienza en la escuela. La primera forma de aprendizaje es la de la socialización o sea LA EDUCACIÓN PARA LA PAZ.
 Pero lo cierto es que hay grandes diferencias entre grupos sociales, en la forma de abordar la crianza o comprometerse con la educación y el futuro de un niño.
En ciertos grupos sociales, donde las aspiraciones de progreso son casi nulas, a pesar de existir la escuela y ayudas para promover en los niños una opción distinta a la que vivieron sus padres, ésta no está valorada socialmente por el entorno familiar, que solo considera esperable que los hijos, pasada cierta edad que no suele superar los quince años, no resulent una carga para la familia. Cuando los hijos mayores llegan a la adolescencia, generalmente sus padres llegan a la madurez y están quizás empezando a ser mas certeros en la crianza de sus hijos menores. O no.  
Entonces, si bien hay normas sociales que imparten una idea de sociedad, como lo es la DECLACRACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS DEL NIÑO,  por debajo de ella, en la cancha donde se juega la vida,  se imparte otra: es la ley de SOBREVIVIR. 
Jóvenes de familias llamadas DISFUNCIONALES, o sea, familias con muchos hijos y e insuficientes recursos humanos para contenerlos emocionalmente y educarlos, hasta que logran estar maduros para vivir sus vidas de forma independiente.  
Estas familias se amplían de manera espontanea, no programada. Los hijos son fruto de relaciones transitorias de una misma madre con distintos padres, y así vemos hasta siete, ocho niños, cuando no más, que no sostienen  vínculo parental con su padre, quien solo los procreó, pero de allí en más nada aporta para su identidad y su crecimiento. 
Estos hombres, en su gran mayoría, con roles sociales muy desvalorizados, con tendencia al consumo de alcohol como única manera de lograr gratificacion, de acuerdo al modelo vivido a diario desde la cuna, y en el cual es bien claro que es el alcohol algo propio de la gente grande,y de los que ejercen el poder. (Antes, limitado a los hombres, en su gran mayoría) y con características de personalidad abusivas y machistas. 
Es así que la sexualidad pasa a ser un acto fruto del impulso, y donde una vez más se pone de manifiesto la vieja dupla del dominador y el dominado, el abusador y el abusado. El deseo se adhiere de manera inadvertida pero certera a la violencia, ejercicio más de dominio sobre el otro, que de encuentro sexual gratificante. 
La poca estima que se tiene un hombre a sí mismo, cuando desde chico ha debido enfrentar la calle, la inseguridad y la falta de contención de adultos responsables, la traslada mas adelante, en sus roles activos, a la forma en que ejerce su sexualidad. 
Esta es una manifestación más de su resentimiento, y deseo de revancha sobre alguien mas débil,más vulnerable. 
 Esta sexualidad poco tiene que ver con la seducción o el juego amoroso entre dos personas. Relaciones desiguales en muchos aspectos, etario, de género, social, económico etc, van demarcando la estrutura de la familia que darán lugar sus fundadores. 
El alcohol, como fetiche de esta cultura donde sin su consumo no hay NI DIVERSIÓN NI PLACER, es, entre otras cosas, el posibilitador de la deshinibición del fin de semana, en el cual se producen la mayoría de los hechos de violencia doméstica. 
No hay escuelas que contenga en ese momento a los niños, y éstos son testigos, entre otras tantas cosas, del maltrato de uno de sus padres sobre el otro, cuando no del maltrato al que ellos mismos son expuestos. 
Es sabido que el alcohol no explica la violencia, pero sí que colabora al  liberar las represiones y las posibles censuras. Es catalizador de aspectos impulsivos y primitivos. 
Los niños son víctimas pasivas, que muchas veces no cuentan afuera de su casa lo que ven, dado que para ellos es lo NORMAL: que su padre se alcoholice, que le pegue a su madre o la maltrate verbalmente, la humille, y la someta. O quizás pueda darse a la inversa, aunque generalmente es la primera la más común de las formas que adquiere. 



LA FALTA DE PROYECTOS EN POSITIVO Y LA CONSTRUCCIÓN DE UN PLAN PARA "ESCAPAR DE CASA". 


Se vislumbra el futuro COMO EL TIEMPO PARA ESCAPAR DE CASA. 
No se ve en positivo, el proyecto de crear una familia, y armar un plan de vida, donde algo desde el lado del trabajo y la actividad laboral se relacione con la realización como persona.
Por el contrario, fruto de el maltrato vivido, y crónico, estos jóvenes, al igual que los presos de una cárcel, sueñan con que llegue pronto el momento de poder irse de esa casa, y hacer su vida. No oir más gritos, ni golpes. No toman partido, no opinan, simplemente, ignoran y niegan. 
Esta negación y la necesidad de ignorar lo que es el pan de cada día les lleva casi todas las energías. De ahí que su desempeño escolar sea muy deficitario. Salvo excepciones. 
La escuela no genera en ellos la suficiente motivación, salvo cuando logra, a traves de buenos profesionales, adiestrados en este tipo de problemáticas, no simplemente docentes, llegar a los jóvenes y que éstos los vean como REFERENTES CONFIABLES y MODELOS POSIBLES Y ALTERNATIVOS DE VIDA. 
El problema de estos niños y jóvenes, es que los adultos no somos confiables, y por lo tanto, no encuentran la fuerza necesaria para imaginar un proyecto en el que se sientan parte, que no sea el del maltrato y el abuso.
El deseo de IRSE DE CASA es complementario con el sentimiento expulsivo de sus padres para con ellos. Los adultos que ven en sus hijos adolescentes sus propias frutraciones y dolores, negados durante tanto tiempo, no pueden reencontrar en ellos a los jóvenes que fueron sin hacerse cargo del dolor y el abandono padecido. Esto a veces, es imposible para ellos. 
Entonces, estos jóvenes son vistos, de repente, como extraños. Las mujeres muchas veces compiten con sus hijas mayores, y hasta disputan el lugar de Mujer de la casa. 
En muchos casos de abuso de jóvenes, estas son entregadas por sus madres, para retener a su pareja, o, por lo mismo, expulsadas de la casa familiar, por sentir que su hija pasa a ser una simple competidora, negando el vínculo existente hasta ese momento. No olvidemos que la negación es el mecanismo que mas se desarrolla en este tipo de situaciones limites. Y por ende, es el primero que se pone en funcionamiento ante una situación vivida como conflictiva. 
Niños golpeados, que conviven con la falta de respeto reglas mínimas de conviviencia, como la prohibición a ser abusados,por ejemplo, niños que viven con padres que se comportan como niños 
, solo esperan el momento de salir de su dependencia para poder ejercer su voluntad, si es que todo sale bien. 
Algunos ni imaginan que puedan tener voluntad. 
Las mujeres, una vez que llegan a los quince años, ya están habilitadas para emanciparse. Sus cuerpos que ya no son de niñas, son presa fácil de hombres mayores, y así los padres cierran los ojos cuando éstas se van de casa con algún hombre que las pueda mantener.
Quedan embarazadas a los catorce, quince años, y este embarazo es el primer gesto de CREACIÓN DE ALGO PROPIO, importante, en la vida de estas chicas. 
Ser madres es el pasaje a la sociedad. A partir de allí se las asistirá en los hospitales y se le realizarán controles, recibirán subsidios de todo tipo. Dejan, de alguna manera, de ser NADIES.
Por eso, por más que se promueva el control de la natalidad en las niñas, no evitaremos el embarazo adolescente. Es un problema cultural. Es mucho mayor el beneficio que obtienen en la identidad que logran adquirir, con las primeras características positivas de sí mismas como personas, como dadoras de vida, como vientres fértiles, que el mal que pueden evitar, el de la inmadurez para criar niños, o el truncar una posible carrera profesional. 
Esto ni siquiera es vivido como proyecto por estos niños, que sienten que no llegan a cumplir con los requisitos mínimos para compartir espacios sociales que posibiliten el crecimiento intelectual necesario para madurar un proyecto personal de tipo vocacional.  
Ser padres es el primer paso a ser personas respetables, a las cuales no se golpee, grite, manipule, o abuse de alguna manera. 
Luego, es claro que, al igual que los presos en la cárcel que no se preparan para vivir en libertad, no bien salen de la prisión estarán en riesgo de volver a ella, los jóvenes que ESCAPAN DE LA VIOLENCIA, suelen volver a la violencia, pero esta vez, de una familia propia, de un intento de cambiar de victimario. 
Para salir del círculo de la violencia, es necesario conocer opciones, posibilidades, y adquirir confianza. 
Superar las características impulsivas propias de la inmadurez, y por ende, sobrellevar el malestar lógico de las dificultades que se plantean en los comienzos de la vida autónoma, sin que ellos deterioren la autoestima. 
Las relaciones pacíficas, la tolerancia, la armonía, se aprenden. Y sirven de disparador, modelos alternativos a los vividos de niños, que pueden ser aduqiridos en las escuelas, u otros lugares de socialización con adultos significativos, que signifiquen valores positivos. 
 Las normas familiares y el respeto a las mismas se aprende. Y puede aprenderse en cualquier momento, solo que cuanto más tiempo se tarde en hacerlo, más gente frustrada, mas niños violentados quedarán en el camino. 
La gran deuda para con la niñez y la juventud es la deuda para con la violencia familiar y sus consecuencias. La falta de normas reconocidas y respetadas, conducen a la violencia, y de ésta no se sale si no es a traves de un proyecto donde tanto niñas como niños se sientan incluidos, pero incluidos en serio, no solamente de palabra, y por decretos. 


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