Mañana helada, corazón caliente.
Es cierto que late
el frío en el cuerpo
pero otro tanto
sucede en los sueños
de perlas heladas
en mi cuello sin brazos,
sin besos ni voz.
Mañana helada, corazón caliente
en el recuerdo una nena
que saltaba
a empezar el día
sin temerle al frío
ni a la agonía
de la indiferencia
propia de cualquier día
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