martes, 1 de marzo de 2011

EL HAMBRE

El único hambre auténtico,  es el hambre de los niños.
 Este hambre deja una huella indeleble, que no se cura con la satisfacción del apetito de comida.
Crea una ausencia persistente en el alma, que no se saciará nunca.
¿He tenido hambre alguna vez?
Puede ser. Pero sé que nunca tendré el hambre irrecuperable de un niño.
Yo siempre tendré esa generosidad propia de la holgura.
El hambre deja secuelas en el cuerpo y en el alma.
La de los artistas bohemios es un hambre aristotrática y elegida. No se puede llamar hambre.
El hambre jamás se elige, ante él no hay opción.
 es IRRECUPERABLE.

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