lunes, 28 de marzo de 2011

EL DESEO



MARGARITA BECKER

De la educación de mis padres valoro hoy en día tanto lo que me dieron como aquello de lo que me privaron.Aceptar que había cosas que no se podía tener por el momento, incentivaba más aún el desarrollo de habilidades para conseguirlas en un futuro. Por otro lado, éste es la mejor prueba de la fuerza del deseo.La educación actual carece de este criterio de incentivar el desarrollo del deseo. Darle a un hijo lo que no se tuvo, es como resarcirse en el cuerpo de otro de carencias que son propias.


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