domingo, 5 de mayo de 2013


Una sociedad es un conjunto de personas, de seres humanos mas o menos humanos, que interactúan.
Si hay algo que la historia y el día a día de caminar nos muestra, es que somos todos diferentes. 
Cada uno es un micro cosmos. y tan rico y complejo como un mundo.
Pasamos la vida suponiendo, para no ver lo que hay, porque es tanto y tan fuerte, que da vértigo. 
Y uno va pegado a su cordón histórico, del cual hace a veces de chupete y otras de compañero imaginario, para poder mirar un poquito esa vida que es LA REALIDAD.
Como cuando yo era niña, y veíamos la tele en blanco y negro, y espiabamos bajo la mesa a BORIS KARLOFF, porque el tío daba miedo, Y ESO NOS ENCANTABA¡¡¡
Nos pasa algo así con la vida. La espiamos. Pero con anteojos de colores a veces, otras nublados por nuestras lágrimas. 
Platón nos legó una hermosa metáfora de la vida, a través del MITO DE LA CAVERNA. Y yo estoy coincidiendo cada vez más con esta imagen. La vida está mediada por las sombras chinescas que se reflejan en el fondo de nuestra retina y a traves de lo que nuestros prejuicios protectores y destructores a la vez, nos posibilitan ver.
Entonces pasan hermosas y terribles epopeyas de aparición y desaparición en LA VIDA, enormes cambios que no son sino LA VIDA MISMA.
Pero como nosotros somos seres proclives a ver allí donde no hay y no ver lo que está dado sin ninguna duda, nos construimos temporalidades y días y calendarios, y relojes, y brújulas.
Y algo que odio, porque no me deja perderme en paz, son los HORRIBLES GPS, que nos hablan en el silencio de nuestruo vehículo.
No admito esa compañía intrusiva. Nadie que me diga cómo debo perderme mejor.
Yo siempre me extravié sin hilos de Ariadna, y pregunté.
Me pasé la vida preguntando, como lo hacía DIÓGENES, y esas respuestas parciales me llevaban de vuelta a lo familiar bueno, a lo conocido que yo quería reencontrar.
Porque hay lugares de la familiaridad que ya no quiero.
Porque sé ahora que hay lugares a los que no quiero volver. 

Un mundo no es UNA FAMILIA solamente. Ni es LOS PAÍSES, o los CONTINENTES, sino un mundo de gentes. De NADIES, y de CADA UNO.
Hubo épocas en que este raro y hermoso mundo se dividía entre Pobres y Ricos, Hombres y Mujeres. Europeos y Americanos, locos y normales. Solteros y Casados.
Hoy los antejos de los prejuicios son de otra factura. Diferentes.
Seguimos teniendo prejuicios pero estos son distintos. Mas hechos a la medida de cada quien. 
Los seres parlantes, como nos llamaba LACAN, somos maniáticos de las palabras. Nuestras eternas prótesis verbales, fruto de ese cordón histórico en el que estamos adheridos. 
Y esas palabras se aprenden en un entorno con instrucciones de empleo un tanto imprecisas. Cada uno monta su historia y su interpretación.
Los refranes, viejos saberes populares, solían arrogarse ser LA VOZ DEL PUEBLO.
Hoy sabemos que NO EXISTE. No hay nadie que pueda ni deba arrogarse ser EL PUEBLO.
Y si hay una cuestión que sigue siendo esencial y complicada para todos es esto de COMUNICARSE.
En este momento en que ya las mujeres no somos señoras de su casa o prostitutas sino ambas cosas a la vez y ninguna, o que las familias son algo diferente a una estructura verticalista de dirigir el poder dentro de un mapa genético pre organizado, hoy nos cuesta darnos cuenta de que hay un universo mas allá de estas formas de imaginarlo.
El mundo no necisita de nuestras leyes. Nosotros las hacemos esenciales para poder mirar e intaractuar sin destruir lo que tocamos.
Por eso, la red virtual está abriendo una nueva forma de poder animarse a hablar con el otro menos impensado, insospechado, y eso nos ayuda a empezar de nuevo a preguntarnos QUIEN SOY YO?
Esta re pregunta primigenia es respondidad desde múltiples lugares: desde la melodía y la imagen, y la palabra escrita, aggiornadas de manera aparentemente azarosa. Pero nada de azar
Caleidoscopio aparente, solo aparente.
Hay reglas bien precisas que combinan nuestra interacción. Solo es necesario que nos animemos a PREGUNTAR, si es que queremos volver a algún lugar o conocer alguno diferente.
Tomados de la mano de la imagen, nos largamos a la autopista de la web, y allí encontramos asombrados, que la torre de babel cayó, y se puede OIR,sin entender, en muchos casos, pero sin TORRE DE BABEL. 
Hacerse cargo, para entender hay que escuchar. Y esto no es fácil. No es sin consecuencias.
El que escucha corre el riesgo de cambiar sus anteojeras, de mutar de verdades, de criterios, de amigos, y HASTA DE SU PROPIA FORMA DE SENTIR LA VIDA.
Por lo tanto, ESCUCHAR y HABLAR en armonía con OTRO es el gran desafío. 
INTERACTURAR es la palabra mágica. 
Y los protagonistas de este universo somos los INTERACTORES. 
Este es el ESCENARIO DE LA CAVERNA ACTUAL. 
Las sombras han cambiado su forma. Pero el sol sigue estando en otro lado.

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