He perdido momentáneamente los beneficios de la perspectiva.
Muchas veces el mundo se resume a nuestro ombligo, a nuestro pañuelo o a un pequeño dolor que todo parece taparlo.
Con el paso de los días, lo que parecía tan real se va tornando en algo casi onírico, irreal.
La realidad se impone, a veces con belleza y a veces con toda su crudeza.
Volver a central la importancia de las cosas que nos afectan, darles el lugar que nos permita tener un panorama amplio de todo nuestro entorno, alivia los dolores, y nos da nuevamente ese don del ejercicio de nuestra libertad. De todas maneras, somos responsables de nuestros actos.
Manet |
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