lunes, 17 de octubre de 2011

TERRIBLE BELLEZA.

El dolor de vivir, indudable registro que uno puede permitirse transitar cuando sabe que hay una posibilidad de ir mas allá...
Formas de domar el dolor....
El movimiento armónico de la danza, la orquesta con su sincronía perfecta y tan humana...
El teatro donde aplaudimos al ver y revivir nuestros dramas en voces de otros, soportados por cuerpos que se prestan a sostener preguntas que nos hacemos en soledad.
La soledad humana está plagada de colores y sonidos, y movimientos que solo podemos apreciar cuando nos animamos a renunciar al temor de sufrir, y enfrentamos el destino humano con toda su TREMENDA Y TERRIBLE BELLEZA.
El arte ha logrado sostener a los pueblos en sus momentos mas difíciles. Sobrellevando tiranos y terremotos.
La vida humana con su repetición que parece siempre igual pero con variaciones ligeras, por momentos, AL ESTILO DEL BOLERO DE RAVEL, y al ritmo de la danza de PINA BAUCH.
El cuerpo humano trabaja diariamente para oponerse a la única ley que no se puede transgredir: no en la tierra, que es la de gravedad.
Ya el simple hecho de erguirse y seguir caminando, es un trabajo humano, que requiere cierta actitud de desafío.
Amo ese destino que se muestra áspero y a veces, esquivo, pero que finalmente se abre como un capullo en el momento del éxtasis y allí, la piel erizada, no hay nada más para explicar, ni para razonar.... Nada.
TIZIANO 
Solo agradecer.

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