Estuve cumpliendo durante cinco ejerciendo mi puesto de psicologa en el SERVICIO LOCAL DE PROMOCIÓN DE DERECHOS DE EXALTACIÓN DE LA CRUZ, en lo que es la puesta en marcha de una nueva ley.
Creo que estrenar una legislación es algo muy especial: uno está armando y colaborando con las formas que va a adquirir esa ley en sus modos, en su aplicación. Su suerte en cuanto a la capacidad de ser justa y aplicable depende en gran parte de la puesta a prueba de estos primeros años.
No soy legista ni provengo del campo de la ley. Soy psicologa y una humanista. Pero como tal, me siento comprometida con representar a los niños en esta oportunidad inaugural en que se los contempla en la legislación como sujetos.
El 26 de OCTUBRE vamos a vivir el sexto aniversario de su puesta en marcha, a traves de los distintos convenios con los Municipios, entre ellos, EXALTACIÓN DE LA CRUZ, que se comprometieron a cumplir con el papel fundamental de iniciar una nueva era en el DERECHO, y en relación a LOS DERECHOS HUAMANOS: la concepción del niño como un sujeto de derecho, con palabra propia.
Este no ha sido un compromiso menor. Es una apuesta totalmente innovadora, que da el puntapié inicial a todo un paradigma que aún a quienes estamos involucrados en su práctica cotidiana, nos es difícil avizorar sus consecuencias a mediano y largo plazo.
Si sé que es una tarea enorme y ciclópea, a construir.
El niño,como lo he aprendido y dicho en otras oportunidades, es una costruccion social de los tiempos modernos, donde los roles entre adultos y niños están diferenciados; donde puede haber un lugar en el que los mas vulnerables y los que representan las expectativas de una sociedad, su futuro, están protegidos de los avatares de la vida cotidiana, con sus amenazas constantes y contundentes a la supervivencia.
Intentar que haya un lugar donde un niño pueda vivir una vida mejor que la que vivimos nosotros, quienes lo antecedemos en generación, es el cometidos.
Que no se produzcan demoras en el cumplimiento de la toma de desiciones para subsanar situaciones de riesgo inminente, que en la vida de un niño son de vida o muerte. Transmitirt nuestra experiencia, nuestro aprendizaje, nuestra huella.
La apuesta es social. Empieza por una comunidad internacional que ya no cierra los ojos ante la niñez como asigantura pendiente; a un país que ya, habiendo avanzado en otros ámbitos de los DERECHOS HUMANOS, se siente sòlido para seguir construyendo en el sentido avanzar por más humanidad; en profesionales y una justicia que deponen actitudes y diferencias para asumir una deuda con su proyecto a futuro.
De todo esto que parece muy lindo, puedo concluir que estos cinco años han sido de una riqueza enorme en mi vida profesional, pero más aún, en mi vida como ser humano.
He debido modificar criterios, eliminar o morigerar prejuicios de todo tipo, acomodar expectativas inadecuadas. Y todo esto ha hecho de mi una mejor persona. Alguien mas feliz.
No es esta una tarea sencilla. Tampoco la recomiendo a quien no tenga en claro que quiere luchar por un aspecto de la niñez que va a poner de manifiesto lo mas vulnerable de la sociedad: el abuso del poder, de la edad, del adulto sobre el que no lo es.
He representado la voz de muchos niños que no podían expresar sus dolores, sus deseos, sus esperanzas. Y seguramente me he equivocado mucho. De ello me congratulo porque lo he intentado mucho más.
Muchos niños han encontrado, gracias a esta nueva ley, pronta respuesta en asesoramiento familiar y en acciones inmediatas ante situaciones abusivas, perversas, reñidas con su derecho a ser niños.
En lo personal he logrado trabajar con familias que han podido revertir una situación familiar adversa, con abandono de sus niños y volver a reintegrarlos en su seno, exitosamente.
Y también he trabajado en la reinserción de jòvenes en un ambiente sano, cuando su historia familiar parecía signarlos con un destino torcido y terrible.
Torcer el destino sería pretender demasiado. Pero dar una nueva oportunidad es la apuesta.
No quería dejar de agradecer al Municipio de EXALTACION DE LA CRUZ, que me permitió llevar a cabo esta tarea, con el equipo del que formo parte, y que me ha adjudicado este papel.
Me ha permitido saldar cuentas con la niña que fui, y con el deseo con el que tantos años trabajé en esto de hacer algo por la niñez no resuelta, desvalida, vulnerada.
Ya desde mis años en la juventud catolica y cde mi formación religiosa y humana con los CURAS PALOTINOS, me recuerdo totalmente consustanciada con esta actitud de servicio que he podido llevar a la practica en estos años, con sus mas y sus menos.
No quería dejar pasar por alto la importancia de trabajar cada día, por mas utópico que parezca, por un futuro para la niñez.
En lo personal, tengo la gran suerte de no creer en los imposibles. Se de la fuerza del deseo.
No creo que la humanidad tenga otro sentido que este: transformar utopìas en realidades tangibles.
A pesar de todo, y gracias a los obstáculos, que me ayudaron a aprender lo que hoy sé: no quiero un mundo donde los niños sean explotados, sileciados, abusados.
Y colaborar en la construcción de este concepto me ha hecho sentir enormemente fuerte.
Agradezco a los niños, por su confianza, su amor. A los padres, por su capacidad de crecer y cambiar. A los funcionarios públicos, que aún no conociendo de que se trata nuestro trabajo, posibilitan día a día que lo podamos llevar a cabo, contra viento y marea.
Creo que estrenar una legislación es algo muy especial: uno está armando y colaborando con las formas que va a adquirir esa ley en sus modos, en su aplicación. Su suerte en cuanto a la capacidad de ser justa y aplicable depende en gran parte de la puesta a prueba de estos primeros años.
No soy legista ni provengo del campo de la ley. Soy psicologa y una humanista. Pero como tal, me siento comprometida con representar a los niños en esta oportunidad inaugural en que se los contempla en la legislación como sujetos.
El 26 de OCTUBRE vamos a vivir el sexto aniversario de su puesta en marcha, a traves de los distintos convenios con los Municipios, entre ellos, EXALTACIÓN DE LA CRUZ, que se comprometieron a cumplir con el papel fundamental de iniciar una nueva era en el DERECHO, y en relación a LOS DERECHOS HUAMANOS: la concepción del niño como un sujeto de derecho, con palabra propia.
Este no ha sido un compromiso menor. Es una apuesta totalmente innovadora, que da el puntapié inicial a todo un paradigma que aún a quienes estamos involucrados en su práctica cotidiana, nos es difícil avizorar sus consecuencias a mediano y largo plazo.
Si sé que es una tarea enorme y ciclópea, a construir.
El niño,como lo he aprendido y dicho en otras oportunidades, es una costruccion social de los tiempos modernos, donde los roles entre adultos y niños están diferenciados; donde puede haber un lugar en el que los mas vulnerables y los que representan las expectativas de una sociedad, su futuro, están protegidos de los avatares de la vida cotidiana, con sus amenazas constantes y contundentes a la supervivencia.
Intentar que haya un lugar donde un niño pueda vivir una vida mejor que la que vivimos nosotros, quienes lo antecedemos en generación, es el cometidos.
Que no se produzcan demoras en el cumplimiento de la toma de desiciones para subsanar situaciones de riesgo inminente, que en la vida de un niño son de vida o muerte. Transmitirt nuestra experiencia, nuestro aprendizaje, nuestra huella.
La apuesta es social. Empieza por una comunidad internacional que ya no cierra los ojos ante la niñez como asigantura pendiente; a un país que ya, habiendo avanzado en otros ámbitos de los DERECHOS HUMANOS, se siente sòlido para seguir construyendo en el sentido avanzar por más humanidad; en profesionales y una justicia que deponen actitudes y diferencias para asumir una deuda con su proyecto a futuro.
De todo esto que parece muy lindo, puedo concluir que estos cinco años han sido de una riqueza enorme en mi vida profesional, pero más aún, en mi vida como ser humano.
He debido modificar criterios, eliminar o morigerar prejuicios de todo tipo, acomodar expectativas inadecuadas. Y todo esto ha hecho de mi una mejor persona. Alguien mas feliz.
No es esta una tarea sencilla. Tampoco la recomiendo a quien no tenga en claro que quiere luchar por un aspecto de la niñez que va a poner de manifiesto lo mas vulnerable de la sociedad: el abuso del poder, de la edad, del adulto sobre el que no lo es.
He representado la voz de muchos niños que no podían expresar sus dolores, sus deseos, sus esperanzas. Y seguramente me he equivocado mucho. De ello me congratulo porque lo he intentado mucho más.
Muchos niños han encontrado, gracias a esta nueva ley, pronta respuesta en asesoramiento familiar y en acciones inmediatas ante situaciones abusivas, perversas, reñidas con su derecho a ser niños.
En lo personal he logrado trabajar con familias que han podido revertir una situación familiar adversa, con abandono de sus niños y volver a reintegrarlos en su seno, exitosamente.
Y también he trabajado en la reinserción de jòvenes en un ambiente sano, cuando su historia familiar parecía signarlos con un destino torcido y terrible.
Torcer el destino sería pretender demasiado. Pero dar una nueva oportunidad es la apuesta.
No quería dejar de agradecer al Municipio de EXALTACION DE LA CRUZ, que me permitió llevar a cabo esta tarea, con el equipo del que formo parte, y que me ha adjudicado este papel.
Me ha permitido saldar cuentas con la niña que fui, y con el deseo con el que tantos años trabajé en esto de hacer algo por la niñez no resuelta, desvalida, vulnerada.
Ya desde mis años en la juventud catolica y cde mi formación religiosa y humana con los CURAS PALOTINOS, me recuerdo totalmente consustanciada con esta actitud de servicio que he podido llevar a la practica en estos años, con sus mas y sus menos.
No quería dejar pasar por alto la importancia de trabajar cada día, por mas utópico que parezca, por un futuro para la niñez.
En lo personal, tengo la gran suerte de no creer en los imposibles. Se de la fuerza del deseo.
No creo que la humanidad tenga otro sentido que este: transformar utopìas en realidades tangibles.
A pesar de todo, y gracias a los obstáculos, que me ayudaron a aprender lo que hoy sé: no quiero un mundo donde los niños sean explotados, sileciados, abusados.
Y colaborar en la construcción de este concepto me ha hecho sentir enormemente fuerte.
Agradezco a los niños, por su confianza, su amor. A los padres, por su capacidad de crecer y cambiar. A los funcionarios públicos, que aún no conociendo de que se trata nuestro trabajo, posibilitan día a día que lo podamos llevar a cabo, contra viento y marea.
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