domingo, 24 de julio de 2011

CIRCE - cuento

CIRCE


Marina despertó y automaticamente miró si estaba él al lado suyo. Verlo y que el corazon volviese a su ritmo fueron de la mano.
Este hombre era su amor y su calvario. Mayor que ella, conservaba algo de niño que lo hacía eterno.
Ella reconocía que siempre fue una chica tranquila, sin demasiadas ambiciones. El tenía tantas¡
Andres la sorprendía siempre con cosas nuevas, nuevos intereses, nuevas habilidades, palabras desconocidas para ella.
La curiosidad de ciertas mujeres se centra en cosas determinadas. Y de allí no imagina una que puede tener derecho a salir a pasear siquiera. Con la cabeza, con las ganas.
Andres lo hacía y a ella la fascinaba.
El le contaba cosas increíbles, que solo ella creía, porque le gustaba la magia de soñar que él le daba.
Una persona seria, como ella, joven pero ubicada, con un hijo, y un pasado triste. Este hombre era el premio que la vida le daba.
Un compañero que cumplía con lo que siempre esperó. Que decía lo que ella quería escuchar. Casi perfecto.
Había cosas a veces que la hacían sufrir. Ese volar de èl eternamente por lugares que ella no conocía.
A veces la enojaba esperarlo días, a veces meses, de vuelta de sus odiseas. Siempre traía sus historias que la hacían soñar.
Pero para ello debía tolerar ausencias prolongadas, silencios, soledades devastadas de dudas...Que luego él curaba.
Era sanador, y la sanaba. Colita de rana.
Esta vez él mencionó una tal CIRCE, que le había embrujado el alma. En chancho lo había convrtido, y detenido en su trayecto a casa.
Ella lo miró con las lágrimas al borde del cuello, de la garganta. Sería cierto? quien era CIRCE?
El dormía, con todo sus sueños en andas.
Ella se despertó en silencio, despacito. Así quería vivir, aunque no lo sabía, de puntas de pié, y sin ver nada.
Había elegido, sin darse cuenta, ver con ojos ajenos, e imaginar sin culpa ni empeño. Eso se paga.

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