jueves, 30 de junio de 2011

MUJERES

Una mujer se hallaba desconsolada, y con un pañuelito cuidadosamente se limpiaba una lágrima, que pícara pretendía correr el rimmel. 
Era indudable la tristeza que la embargaba, su pecho no lograba contener tanto dolor... por eso respiró hondo, secó su lágrima, y se miró al espejo. Allí estaba ella, mas allá de las tormentas.

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