Te lo dije de tantas maneras, siempre a la distancia
enviando palabras que toquen tu alma
para quebrar la indiferencia, el temor
o la arrogancia,
No fui audaz ni cohibido
Quise hacer de ti un fruto libre
y no prohibido.
Escribí mucho y no me entendías
Parecían voces profundas, pero eran cristalinas;
Te hablé de amor, sin nombrarlo.
De deseo, sin decirlo.
Sin esperar esperaba
el ser correspondido.
Aún así no escuchaste
o lo dijiste con silencios
y fui yo quien no lo entendí.
Suave esperanza me incita a decirte una vez más
que el miedo se alejará si tu corazón me visita..
Por ahora tu canto es como un suspiro que se alarga,
se alarga y no termina.
Hugo Finkelstein
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