Hay momentos pequeños, diminutos, casi imperceptibles, en que la vida se respira y se camina, sin darnos cuenta, sin que tenga la relevancia o notoriedad de una foto precisa, pero con el peso de cierta atemporalidad que los inmortaliza.
Luego uno puede revivir esos momentos infinitos, no cortados por fotos ni límites de fechas que cercenan nada...
Se construyen momentos libres de toda presión, de todo sentido especial, llenos de ese PORQUE SI, sin mas motivos para recordar que su total falta de intencionalidad.
Nuestra vida está demasiado preñada de sentidos adheridos y forzados...fotos de fines de ciclos y comienzos de otros....
lo que uno recuerda son esos momentos que escaparon a la domesticación del calendario, de las fechas patrias, y los cumpleaños, y los MOMENTOS PARA RECORDAR...
Recién pude, sin querer, anticiparme y ver uno de esos momentos, como habiéndome entrometido en un evento preparado en secreto y en mi homenaje...
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